miércoles, 15 de octubre de 2014

LA ENFERMEDAD DEL EBOLA

LA ENFERMEDAD POR EL VIRUS DEL EBOLA
El virus del Ebola se introduce en la población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados. En África se han documentado casos de infección asociados a la manipulación de chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva.
Posteriormente, el virus se propaga en la comunidad mediante la transmisión de persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de soluciones de continuidad de la piel) con órganos, sangre, secreciones, u otros líquidos corporales de personas infectadas, o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos.
Las ceremonias de inhumación en las cuales los integrantes del cortejo fúnebre tienen contacto directo con el cadáver también pueden ser causa de transmisión. Los hombres pueden seguir transmitiendo el virus por el semen hasta siete semanas después de la recuperación clínica.
La infección del personal sanitario al tratar a pacientes con EVE ha sido frecuente cuando ha habido contacto estrecho y no se han observado estrictamente las precauciones para el control de la infección.
Entre los trabajadores que han tenido contacto con monos o cerdos infectados por el RESTV se han registrado varios casos de infección asintomática. Por tanto, parece que esta especie tiene menor capacidad que otras de provocar enfermedad en el ser humano.
Sin embargo, los datos recopilados al respecto solo se refieren a varones adultos sanos, y sería prematuro extrapolarlos a todos los grupos de población, como los pacientes inmunodeprimidos o con trastornos médicos subyacentes, las embarazadas o los niños. Son necesarios más estudios sobre el RESTV antes de que se puedan sacar conclusiones definitivas sobre su patogenicidad y virulencia en el ser humano.

HUARO UN LUGAR MARAVILLOSO

TEMPLO CULTURAL DE HUARO
La iglesia San Juan Bautista, ubicada en el distrito de Huaro, provincia de Quispicanchis, Cusco, ha empezado a renacer. Se acaba de concluir la primera etapa de los trabajos de restauración y ya luce el esplendor de su arte barroco, tanto de sus murales como de sus cielos rasos.
Se tiene noticia de que esta iglesia fue edificada en la segunda mitad del siglo XVI por los jesuitas. Según información del Instituto Nacional de Cultura, entre 1675 y 1699 se comisionó a pintores y artistas locales para trabajen murales y decoraciones para difundir el Evangelio y también ilustraran el sincretismo de las creencias indígenas con el cristianismo. Para el siglo XVIII, los murales y las decoraciones habían cubierto prácticamente todo el interior del templo. Uno de los últimos maestros quien dejó sus pinceladas fue el pintor peruano Tadeo Escalante. Sin embargo, la humedad, el tiempo, la incuria y el vandalismo dejaron este bello ejemplo de arte barroco en pésimas condiciones. La tarea era restaurarlo.
La iglesia fue declarada monumento histórico en 1972. Una de las personas que colaboró para buscar apoyo económico para la restauración fue Marcela Temple de Pérez de Cuéllar, esposa del embajador Javier Pérez de Cuéllar.
El costo total de esta primera etapa de restauración ascendió a 110 mil dólares. El INC también informa que este año se iniciará la segunda y última fase que, además de culminar con la recuperación del recinto, incluirá capacitaciones a artesanos locales y la elaboración de un plano-guía para los visitantes, así como un documento reseña del proyecto.